Contrariamente a lo que pueda pensarse, el impacto que ésto supone en los hijos no viene dado por el hecho de la separación, sino por cómo esta tiene lugar y los conflictos existentes entre los padres. La separación será comprendida de forma diferente por los hijos según la edad que tengan éstos:
-Los niños muy pequeños normalmente no asimilan éste hecho y no comprenden los que sucede, por lo que es normal encontrarnos con síntomas somáticos cómo cefaleas,mareos, problemas estomacales...el cuerpo responde ante una situación de alerta que no entienden.
- Los niños un poco más mayores suelen sentirse culpables de haber causado la separación. Pueden aparecer depresiones, repercusiones en el ámbito escolar, regresiones a edades anteriores...
- Los niños más mayores suelen desarrollar una hipermadurez en parte positiva, pero peligrosa ya que puede sustituir al progenitor ausente y tienden a no verbalizar el dolor, aumentándolo.
En las separaciones el juez intenta tomar la resolución que sea mejor para el o los niños, sin embargo en ocasiones surgen situaciones de riesgo que propician la aparición de problemas psicológicos en la infancia. Algunas de estas situaciones de riesgo, provocadas por una mala separación son los niños convertidos en:
· Espía: Son interrogados cada vez que pasan tiempo con el otro progenitor y según lo que contesten ven las reacciones del que pregunta.
· El niño hipermaduro: Toman la responsabilidad familiar, esconden el sufrimiento para no preocupar a sus padres.
· El niño dividido: Sucede cuando se intenta negar la existencia del otro progenitor y el niño aprende que hay temas que son tabús y no se pueden tocar. Viven una realidad dividida.
· El niño mensajero: El que se encarga de hacer de enlace entre los dos padres, atendiendo a veces a cuestiones de las que no deberían hacerse cargo.
· El niño colchón: El que es diana de todas las frustraciones de sus padres.
· El niño con conflicto de lealtades: El niño no quiere desagradar a ninguno de sus padres y por ello vive una situación de conflicto.
· El niño víctima del sacrificio de sus padres: Cuando los padres verbalizan frases del tipo "he sacrificado todo por ti" se sienten con una inmensa culpabilidad.
· El niño bajo el síndrome de alienación parental: Que consiste en niños programados para odiar a uno de sus progenitores, fomentado por la animadversión del otro, por venganza o celos. El progenitor confía en sus hijos causas de su mala relación conyugal que los niños no deben conocer, o no deja al otro progenitor ver a su hijo, alimentando el odio, el rencor y el desapego.
Cada vez son más los casos de Síndrome alienación parental en España, debido a la mala forma de actuar de los padres y no saben con ello, el tremendo daño que les están realizando a sus propios hijos.
Con todo esto no quiero decir que todas las separaciones y los divorcios sean malos o perjudiciales por el simple hecho de ocurrir. Es bien cierto que una mala convivencia y disputas continuas son igual de perjudiciales para los hijos, pero si se produce una separación porque no se puede convivir no tiene sentido seguir con los enfrentamientos una vez concluida la relación y mucho menos utilizar a los hijos como moneda de cambio para defender los propios intereses, el orgullo, o alimentar la venganza para llenar el vacío.