miércoles, 30 de mayo de 2012

Síndrome de Alienación Parental

Tradicionalmente las familias en España en su mayoría eran del modelo de 2 progenitores, uno de cada sexo, en el que el hombre trabajaba fuera de casa y se ocupaba de la economía familiar,mientras que la mujer se encargaba de las tareas del hogar y de los hijos. Actualmente, éste modelo ha evolucionado y nos encontramos con muchos tipos diferentes de familias, monoparentales, con padres del mismo sexo, con los dos padres trabajadores y pasando poco tiempo en casa, separaciones y divorcios, adopciones, familias reconstruidas....Quizás las más abundantes en nuestro país son las familias con padres separados.
Contrariamente a lo que pueda pensarse, el impacto que ésto supone en los hijos no viene dado por el hecho de la separación, sino por cómo esta tiene lugar y los conflictos existentes entre los padres. La separación será comprendida de forma diferente por los hijos según la edad que tengan éstos:
-Los niños muy pequeños normalmente no asimilan éste hecho y no comprenden los que sucede, por lo que es normal encontrarnos con síntomas somáticos cómo cefaleas,mareos, problemas estomacales...el cuerpo responde ante una situación de alerta que no entienden.

- Los niños un poco más mayores suelen sentirse culpables de haber causado la separación. Pueden aparecer depresiones, repercusiones en el ámbito escolar, regresiones a edades anteriores...

- Los niños más mayores suelen desarrollar una hipermadurez en parte positiva, pero peligrosa ya que puede sustituir al progenitor ausente y tienden a no verbalizar el dolor, aumentándolo.

En las separaciones el juez intenta tomar la resolución que sea mejor para el o los niños, sin embargo en ocasiones surgen situaciones de riesgo que propician la aparición de problemas psicológicos en la infancia. Algunas de estas situaciones de riesgo, provocadas por una mala separación son los niños convertidos en:

· Espía: Son interrogados cada vez que pasan tiempo con el otro progenitor y según lo que contesten ven las reacciones del que pregunta.

· El niño hipermaduro: Toman la responsabilidad familiar, esconden el sufrimiento para no preocupar a sus padres.

· El niño  dividido: Sucede cuando se intenta negar la existencia del otro progenitor y el niño aprende que hay temas que son tabús y no se pueden tocar. Viven una realidad dividida.

· El niño mensajero: El que se encarga de hacer de enlace entre los dos padres, atendiendo a veces a cuestiones de las que no deberían hacerse cargo.

· El niño colchón: El que es diana de todas las frustraciones de sus padres.

· El niño con conflicto de lealtades: El niño no quiere desagradar a ninguno de sus padres y por ello vive una situación de conflicto.

· El niño víctima del sacrificio de sus padres: Cuando los padres verbalizan frases del tipo "he sacrificado todo por ti" se sienten con una inmensa culpabilidad.

· El niño bajo el síndrome de alienación parental: Que consiste en niños programados para odiar a uno de sus progenitores, fomentado por la animadversión del otro, por venganza o celos. El progenitor confía en sus hijos causas de su mala relación conyugal que los niños no deben conocer, o no deja al otro progenitor ver a su hijo, alimentando el odio, el rencor y el desapego.

Cada vez son más los casos de Síndrome alienación parental en España, debido a la mala forma de actuar de los padres y no saben con ello, el tremendo daño que les están realizando a sus propios hijos.
Con todo esto no quiero decir que todas las separaciones y los divorcios sean malos o perjudiciales por el simple hecho de ocurrir. Es bien cierto que una mala convivencia y disputas continuas son igual de perjudiciales para los hijos, pero si se produce una separación porque no se puede convivir no tiene sentido seguir con los enfrentamientos una vez concluida la relación y mucho menos utilizar a los hijos como moneda de cambio para defender los propios intereses, el orgullo, o alimentar la venganza para llenar el vacío.

domingo, 20 de mayo de 2012

HIKIKOMORI

El otro día en mi lectura de antes de dormir leí por primera vez sobre los Hikikomori, que literalmente se traduce cómo "apartarse, estar recluido" y es un término japonés para referirse a un fenómeno de gente que ha decido quedarse en su habitación evitando todo contacto social posible. Se relacionan con el exterior exclusivamente mediante Internet y la televisión, aunque existen casos extremos en los que el Hikikomori (termino utilizado también para designar a las personas que forman parte del fenómeno) se recluyen en su habitación prescindiendo también de la tecnología y se quedan horas y horas en un misma posición, con la mirada fija,viviendo únicamente en su imaginación. Las personas que han decidido pasar a estar encerrados en su cuarto, normalmente en casa de sus padres para mayor comodidad, suelen padecer un caso muy extremo de fobia social y en algunos casos también padecen agorafobia o miedo a "tener miedo", a sufrir ataques de pánico incontrolados.
Las fobias sociales suelen comenzar en la adolescencia y giran en torno al miedo a ser juzgado por otras personas y por ello llevan a evitar situaciones sociales determinadas. Al contrario que otras muchas fobias, en la fobia social, no hay distinción de sexo en la prevalencia de la enfermedad.
Las fobias sociales se refieren al miedo exagerado y persistente a actuar de una manera humillante o que suponga la evaluación de los demás,ante personas que no pertenezcan al seno familiar. Algunos ejemplos de situaciones a evitar suelen ser: hablar en público, comer y beber en público, ir a fiestas, utilizar los aseos públicos, reuniones de juegos con otros niños, hacer un examen oral o escrito, escribir en la pizarra....
Tener alguna característica diferente del resto de compañeros, como estar más gordo, o tener alguna minusvalía física puede hacerles más vulnerables para desarrollar una fobia social, por el temor a sufrir burlas. Solo se tratará de un fobia cuando la alteración suponga una interferencia en la vida de la persona y/o que le cause malestar intenso o duradero.
En los niños más pequeños las fobias sociales pueden manifestarse mediante lloros, tartamudez, parálisis, abrazos o aferramiento a familiares cercanos junto a la abstención de mantener relaciones con los demás, pudiendo llegar incluso al mutismo.
Suelen acompañarse de una baja estimación de sí mismo y miedo a las críticas. Puede manifestarse como temor a ruborizarse, temblor de manos, nauseas o necesidad imperiosa de micción y a veces el enfermo está convencido de que el problema primario es alguna de estas manifestaciones de ansiedad. Los síntomas pueden desembocar en crisis de pánico y las conductas de evitación suelen muy intensas y en los casos extremos llevar a un aislamiento social casi absoluto, como es el caso de los Hikikomori.


Fomentar una buena autoestima desde pequeños sería una buena defensa contra esta enfermedad tan paralizante. Asimismo, el saber hacer de los maestros, acompañando a las personas tímidas en su pequeños pasos de apertura, en vez de usar reprimendas y de ridiculizar a alumnos frente a sus compañeros, como se hace hoy en día en muchas aulas en las que la competición deja de lado al compañerismo y  los logros son enfocados aún de una manera muy individualista, del modo "si tu pierdes, yo gano"

jueves, 10 de mayo de 2012

Los cinco sentidos del niño


Priscilla.J.Dunstan, experta de fama mundial en habilidades parentales, ha viajado por todo el mundo observando las relaciones entre padres e hijos. Nacida en Australia, estableció en Sydney su célebre clínica familiar, el Centro de Investigación Priscilla Dunstan. Ahora vive en Los Ángeles, donde ha fundado un nuevo centro de orientación para padres, madres, profesionales de la salud y profesores.
Esta misma autora, que también nos habla de la forma de comunicación que tienen los bebes desde el nacimiento hasta los  3 a 6 meses, que con distintos tipos de llanto indican diferentes necesidades, como alimentarse, dormirse, tener frio o calor…el llamado Dunstan Baby Languaje,





 también  ha escrito un libro “Los cinco sentidos del niño” en el que nos habla sobre el origen de los problemas de comunicación entre padres e hijos. Ella cree que tales problemas de comunicación muchas veces vienen dados por la falta de armonía entre los diferentes sentidos con los cuales se comunican padre e hijos. Dunstan ha descubierto que todos poseemos un sentido predominante: vista, oído, olfato/gusto o tacto. Así, aunque a veces resulta bastante difícil identificar  cual es el sentido predominante en nuestros hijos y en nosotros mismos, nos deja unas pistas para reconocer el sentido que predomina en cada niño.
-          Los niños auditivos: Son los niños que viven la vida siguiendo un ritmo y una banda sonora propios.  No suelen prestar atención si se les habla de una forma brusca y enojada. Cuando son bebes pequeños emiten muchos ruiditos antes de aprender a hablar. Cuando empiezan a explorar la casa, pronto darán con la radio o el equipo de música y lo encenderán. Les encanta la música, bailar. No solo atienden a los sonidos sino que también los producen, así que puede decirse que son niños que se hacen oír, hablan mucho, pueden pasarse todo el viaje del colegio a casa narrando todo lo que han hecho en el día.
-          Los niños visuales: Son tremendamente observadores, les encantan los colores, las formas. Suelen calificarse como niños tranquilos ya que mientras tengan una estimulación visual adecuada se quedan extasiados. Para dormir es mejor que no tengan ningún estímulo visual, por lo que las mantitas en los ojos dan bastante buen resultado. Son ordenados. Les es fácil aprender números, letras y palabras, ya que tienen facilidad para “ver” mentalmente estos datos.
-          Niños táctiles: Son los niños que utilizan todo su cuerpo para expresarse. Si están contentos, saltarán, brincaran, te abrazarán fuerte. Son bulliciosos, muy activos, atrevidos, vivaces y agotadores. Siendo bebes les gusta mucho el contacto cuerpo a cuerpo y el momento de cambio de ropa será uno de sus momentos de crisis. Para construir la autoestima de estos niños basta con darles un proyecto que realizar, una misión que cumplir ya que les encanta ayudar.
-          Niños gusto/olfativos: Son niños muy sensibles y les afecta mucho todos los estímulos. Tienen muy desarrollado el sentido del gusto y son muy explícitos en relación con la comida que les gusta o les disgusta. Al ser tan sensibles, en sus primeros años tienden a retraerse hacia un mundo interior. Son niños muy fantasiosos, protectores y leales. Al crecer mostrarán una capacidad innata para la empatía. La forma de ayudar a estos niños es mostrándoles la manera de reconocer y respetar sus propias opiniones, preferencias y deseos.

En el libro nos habla de muchos más modos de reconocer los sentidos predominantes tanto en los niños, como en nosotros mismos, los adultos y como fomentar una forma armónica de comunicación a través del lenguaje que empleamos.  Así ante una misma cuestión podremos actuar de diferente forma según sea nuestro hijo:
-          Viste lo que te digo?
-          Has escuchado?
-          Te ha gustado lo que he dicho?
-          Como te ha tocado lo que te dicho?