lunes, 12 de noviembre de 2012

Abuelos y nietos, consentir o educar.

Viniendo de recoger a mi hijo del colegio, observo cómo gran parte de los niños que salen de la clase, son esperados por sus abuelos y abuelas haciéndome reflexionar sobre la importancia que ha cobrado la figura de los más mayores en la educación de los niños hoy en día.
Según las reacciones que distingo en estos abuelos a la espera, puedo percibir dos tipos de relaciones distintas:
- El abuelo que pasa un rato con su nieto y esporádicamente se encarga de las tareas propias de la crianza como recogerles del colegio o darles de comer y cenar.
- El abuelo que se dedica a tiempo completo a estas labores.

Hoy en día, con la incorporación de la mujer al mercado laboral y la nefasta conciliación que caracteriza a nuestro país, muchas parejas recurren a sus padres o suegros para poder llevar a cabo la tarea de criar a sus hijos. También los más mayores cobran especial importancia ayudando a sus hijos o hijas que son padres o madres solteros o bien se ven obligados a acogerles de nuevo en el hogar. Sea como fuere,este segundo tipo de relaciones suele acarrear más problemas que los de los que se pueden dedicar a mimar a sus nietos en los ratitos que comparten con ellos, dejando a los padres la tarea de educarles.
Si bien una buena relación entre nietos y abuelos es muy beneficiosa para ambas partes, cuando la gratificación por sentirse necesitado y querido que sienten los abuelos, pasa a convertirse en una obligación,la cosa cambia y surge la competencia con los propios padres sobre formas de criar . Otra cosa que deben tener en cuenta las parejas que confían a sus padres o suegros la crianza de sus hijos, es que éstos transmitirán muchos de sus propios valores a los pequeños, que puede o no coincidir con los suyos propios.
Se pueden seguir unas pequeñas pautas para minimizar un poco los problemas que suelen surgir en estas situaciones:
- Dejar claro cuales son los puntos principales (pocos) sobre los que no se quiere transigir. Tanto por una parte como por la otra. Es decir, los padres pueden indicar a los abuelos que bajo ningún concepto quieren que el niño o la niña salga a la calle si estar suficientemente abrigados y los abuelos pueden exigir que les dejen darles algún dulce de vez en cuando (no conozco ningún caso en el que al que negárselo, lo hayan cumplido)
- Fomentar la comunicación entre toda la familia para buscar puntos de encuentro con los que poder manejar las situaciones complicadas.
- Intentar buscar algún modo de diversificar responsabilidades como por ejemplo contratar unas pocas horas de guardería en combinación con la atención de los abuelos o bien solicitar ayuda de otros familiares como tíos o primos.
- Comprender el salto generacional que existe con los abuelos y no exigirles más de lo que generosamente se ofrecen a aportar, tener siempre claro que ellos son los que  están ayudando desinteresadamente.

Esta claro que la situación ideal es en la que los abuelos y los nietos comparten momentos de ocio y pueden dedicarse a divertirse y los padres se encargan de la educación, pero hasta que no haya una verdadera política que ayude "de verdad" a conciliar la vida laboral y la familiar seguiremos viendo los parques llenos de abuelos orgullosos que pasean a sus nietos con la sonrisa puesta y la espalda cansada, así que solo queda decirles a todos ellos, gracias de corazón.